Una chica decidía hacer los ejercicios de la forma más provocativa posible para llamar la atención de su entrenador. Ahora, aprovechando que ambos se encontraban solos, no perdió la oportunidad para practicarle un oral y dejarse penetrar por él. Claro, para que cumpla directamente su papel de calenturienta buenorra tendrá que dejar que su entrenador haga con ella todo lo que a él le plazca.
Las mamadas de por sí serán esplendidas, y eso podrás verlo en la cara de excitación del entrenador. En el momento que comiencen las penetraciones salvajes escucharás como resuena por toda la habitación los gemidos de la chica. Eso sin descartar el momento en que eyaculará el entrenador, quedando satisfecho por el buen trabajo realizado por la perra caliente e insaciable, que no tardará que querer repetir nuevamente la escena sexual para poder complacer sus bajos instintos sexuales, reclamado, inclusive, que le practiquen el sexo anal.
