Kon una joven rubia, siempre sintió atracción por su maestro, nuestra protagonista tenía que buscar la forma de ligárselo a como diera lugar, así que aprovecho lo mejor que la naturaleza puso a su favor, que era la carne de su cuerpo para atraer su semental. A pesar de ser un hombre experimentado, su profesor no pudo evadir el lazo de la carne femenina.
Kon logró impresionar a su maestro, mostrando su capacidad para actuar sin frenos y sin tabúes, esta chica era capaz de cualquier cosa, y podía hacer las travesuras más divinas que un hombre podía esperar. Su tutor cada día estaba más sorprendido de las sorpresas que esta pequeña dama podía brindar en cualquier lugar a un caballero.
Esta nena no tenía límites, podía ordeñar a un caballero en su totalidad, extrayendo hasta la última gota de semen que estaba dentro de sus testículos. Además, usaba el miembro de este para consumirlo con sus carnes, introduciéndolo hasta el cansancio en su vagina y usando esta otra dulce herramienta de su cuerpo para terminar de exprimir sus testículos hasta el final.
Ella siempre quería en cualquier lugar, el parque de atracciones, en la intimidad, en la escuela, ningún lugar era obstáculo para satisfacer el calor que sentía dentro de ella, y a pesar de saber que estaba teniendo una aventura con un hombre mayor, no podía dejar de sentirse profundamente enamorada de aquel caballero que ahora era su alumno en aprendizajes sexuales.
Por su parte, su profesor se dejaba consumir por aquella energía femenina y sentía que su vida se recargaba con el amor y las atenciones que aquella preciosa adolescente rubia le brindaba, se sentía en el reino de los cielos y quería que aquello no terminara jamás, realmente una aventura que todos queremos vivir muchas veces.
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